Hola, querido Ángel!
Aunque estoy lejos, tengo en mi calendario bien evidenciado el inicio de nuestro primer Capítulo Inspectorial y ya desde hace un tiempo vengo rezando por ustedes. Ahora, ya a las puertas, quiero hacerme más cercano con este saludo y mi oración.
Hace tiempo vengo pensando y rezando en ustedes. Todavía tengo presente las asambleas de San Miguel y Rawson en septiembre y octubre del año pasado, cuando pude acompañarlos un rato. Allí pude ser testigo por algunas horas del bonito camino que está haciendo la comunidad inspectorial, sdb y laicos juntos. Sé que no es fácil. Sé que hay resistencias y debilidades, aciertos y errores. ¿Cuándo no los hubo en la Iglesia, si estamos hechos de barro y el hombre viejo siempre quiere dictar sus reglas? ¿Quién de nosotros podría tirar la primera piedra...?
Pero es fascinante ver cómo se puede caminar aún siendo pecadores y limitados. Es la ley de los pequeños. Basta querer caminar juntos, centrar nuestro corazón en el regalo de nuestra vocación (como consagrados o como laicos, ¡siempre bautizados!) y nuestra mirada en la misión que se nos ha encomendado, y, claro y fundamental, siempre radicados en Dios como simples "seguidores-enviados".
Yo estoy bien, pero cada vez más pienso en ustedes por allí. En estos 3 años y 3 meses (justo hoy) que llevo aquí he ido profundizando y ensanchando el conocimiento de la Congregación... He recibido "ofertas" y "consultas" pero siempre dije y más lo digo ahora, "yo di mi palabra al Rector Mayor de estar aquí hasta el 2014, luego se verá". Ese "luego" es, siempre más, querer volver a vivir y trabajar en la inspectoría. Así que ya empiezo a contare alla rovescia!
Si tenés oportunidad y lo ves bien, dale mis saludos a los hermanos, al regulador (que creo que es Daniel) y los capitulares y observadores. De un modo u otro "estoy allí", no porque sea importante que lo esté (no para ustedes directamente), pero sí para mí, sentirme con ustedes allí, como tantos hermanos de la inspectoría que en estos días los acompañarán desde sus casas.
Un abrazo grande. Que la Buena Auxiliadora te sostenga de la mano y les regale su presencia "sensible" durante estos días (¡no por nada se van a su santuario en Fortín, no!)
¡"Como barro en sus manos"!
Con cariño y nostalgia,
Horacio López
No hay comentarios:
Publicar un comentario